domingo, 10 de mayo de 2009

Darwin y la economía


Miércoles 04 de Febrero de 2009
Como muchos sabrán, en 2009 se celebran 200 años del nacimiento de Charles Darwin. Aunque el gran impacto de su obra El Origen de las Especies en la biología está bastante documentado, existen otros ámbitos donde también tuvo una influencia destacada, como la economía.La economía estudia la forma en que se asignan recursos escasos para satisfacer necesidades diversas. Es decir, tiene que ver principalmente con la elección entre alternativas. Las miradas evolucionistas acerca de la forma en que los agentes toman decisiones en economía son tan antiguas como el mismo Darwin (Veblen, Marx y Schumpeter por mencionar algunos).La economía moderna postula que si A es elegido, se debe a que es globalmente la mejor alternativa. Para ello se asume que los agentes están informados y son perfectamente racionales, porque conocen los efectos futuros de escoger A, B u otra alternativa.No obstante, y siguiendo los postulados de Lamarck, se podría asumir que los agentes sólo pueden evaluar la alternativa A o B a través de un proceso de ensayo y error. Los especialistas de marketing descansan muchas veces sobre este argumento. Hay que hacer notar que dicha experiencia podría ser transmitida, y es la forma en que muchas veces enseñamos a nuestros niños, aunque de manera imperfecta. En este contexto, cuando una conducta ha sido seleccionada, se refuerza en forma sistemática pues se revela su ventaja comparativa.Ahora bien, en un contexto dar-winista, los agentes son relativamente inflexibles para elegir entre A y B ya que sus decisiones vienen preconcebidas con anterioridad. Generalmente no se menciona la forma en que se generan esas preconcepciones pero, si A fuera la mejor alternativa, aquellos que eligieron B deberían desaparecer en algún momento (ellos mismos o las alternativas que ellos eligieron). Finalmente, está aquella otra mirada más flexible que sugiere que el proceso de adaptación evolutiva es esencialmente conservador. El proceso evolutivo termina en un equilibrio dinámico a menos que un evento extraordinario lo saque de allí. Por ejemplo, un período turbulento de transformación tecno-económica.El modelo neoclásico en el pensamiento económico descansa sobre la idea del equilibrio. Si bien las economías podrían estar fuera de éste, y quizá este año muchas de ellas lo estén, existen fuerzas explícitas (del Estado), o implícitas (del mercado), que nos permiten retomar la senda de equilibrio. Esta visión también es utilizada frecuentemente para el análisis de la conducta de los consumidores en un mercado puntual.Esto me recuerda a nuestro profesor Humberto Maturana, quien sugería a partir de los trabajos de Darwin, que los organismos vivos se encontraban constantemente adaptados. Si no lo estaban, morían, decía el. Ello no significa que no estuvieran en constante cambio. Postulaba que para los organismos adaptados debería existir una continua consistencia entre los cambios en el medio y los cambios en el organismo. Una co-deriva. Así, los organismos no estaban menos o más adaptados, estaban o no estaban adaptados, y punto. Le dejo a usted la reflexión sobre las implicancias de estas miradas sobre las políticas públicas en el mundo de hoy. Que pasa.

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