jueves, 24 de abril de 2008

El arte de no enfermarse. Descubre tu camino.







Escuchar el cuerpo, este habla por sí solo, si no lo escuchamos, se corre el riesgo de enfermar. Si el no escuchar es durante un largo espacio de tiempo, la enfermedad se convierte finalmente en algo más grave, cáncer, etc.

La Doctora Kousmine ha puesto a disposición de médicos y enfermos una larga experiencia para prevenir y tratar enfermedades degenerativas. Consciente del desinterés de sus colegas, afirmó: «el cambio de mentalidad pasará por los enfermos, no por los médicos». La esencia de su mensaje es que cada uno de nosotros es el directo responsable de su salud. Su concepto hipocrático de «SOMOS LO QUE COMEMOS» Y «NO HAY ENFERMEDADES DEGENERATIVAS SIN INTOXICACIÓN CRÓNICA DEL INTESTINO» dió forma a su método, basado en 4 pilares:
Alimentación sana: hay que reducir las proteínas animales y grasas saturadas, suprimir los azúcares, harinas y aceites refinados y sustituirlos por alimentos frescos, granos enteros y aceites prensados en frío.
Limpieza intestinal: las enfermedades degenerativas van estrechamente vinculadas a la intoxicación crónica que empieza en el intestino y el hígado. La práctica regular de enemas forma parte de su método.
Alcalinización de la orina: la dieta occidental es adificante. Para neutralizar dicha acidez el organismo debe recurrir a sus reservas de sales minerales, creándose una carencia de los mismos, que hay que corregir.
Suplementación con vitaminas y minerales: la dieta occidental es excesiva, pero crea muchas carencias, en particular de vitamina F, al consumir aceites refinados y grasas saturadas. Los suplementos en vitaminas y minerales formaban parte también de su método.

El enema o lavado intestinal.
Esta es una práctica fundamental del método Kousmine. Según dicha Dra., la mayor parte de los pacientes que consultan por enfermedades degenerativas presentan trastornos intestinales crónicos, como estreñimiento, diarrea, colon irritable, flatulencia, malas digestiones, mal aliento, etc.
El enema no es una práctica bien aceptada por el paciente, porque a menudo no acierta a comprender qué relación existe entre su intestino y su dolencia. «Doctor, yo venía por una sinusitis crónica...». Es cierto que a priori cuesta más entender una terapia causal que un tratamiento que se limita a tapar el síntoma. De esta forma, tomar una pastilla para calmar el dolor le resultará más comprensible que hacer una dieta para curar una infección. Además, los efectos son más lentos. Pero ahí juega un papel importante el convencimiento del médico y su capacidad de hacérselo entender al enfermo.
Por supuesto, si nuestra alimentación fuera correcta, la práctica de enemas sería innecesaria, pero este no es el caso de la alimentación del occidental.
En caso de enfermedades febriles o infecciosas, la práctica del enema puede mejorar en pocas horas la situación, sobre todo si se combina con una dieta líquida y aplicaciones de hidroterapia. De esta forma se pueden evitar los fármacos supresores y dejar que la crisis tenga su curso normal. Es ideal para bajar la fiebre a los niños. En enfermedades crónicas deberán realizarse enemas regularmente (cada 7 ó 10 días) y durante fases de agravación se realizarán incluso diariamente. Abstenerse en caso de dolor abdominal agudo, sangrado digestivo o cualquier problema grave, sin antes consultar con el médico.

No hay comentarios: